sábado, 27 de febrero de 2010




MI LENGUA

Te has vestido de azul y vienes a mí con esa cara de inocente, miras a la distancia y tu memoria remueve el pasado, ese sinfín de dulces y amargas experiencias que han dejado una marca en tu piel de naranja. Te sientes poderoso y fuerte, crees que puedes combatir hasta con el tiempo que juegas con las agujas del reloj.
El aire juega con tu pelo, la enreda a su antojo, roza tus labios rojos, y deseo norir besándolos. Sentir la humedad de esa carnocidad prohibida, y sentir que juegan con los mios como dos venenosas serpientes que se cruzan para desafiar a Cristo.

¿Niño mío por qué temes volver a mis brazos? ellos te esperan con la dulzura de una flor marchita, con largas ramas que poco a poco desean ahorcarte hasta sentir el umbral de la muerte, tú sólo buscas cariño y yo tengo mucho por darte.

Déjame mirar ese agujero que escondes en tus faldas, déjame ser esa tarántula que avanza poco a poco en la teleraña de tu vida, déjame lamer ese rincón prohibido para los hombres.

Naciste libre, y libre no morirás porque yo estaré ahí para convertir tus dias en tinieblas, construiré una gran celda en lo alto de una montaña, que ni la mirada de Dios podrá llegar, no podrás escapar de mí pero yo sí de ti, porque he sido y seguiré siendo el ser más de detestable de este mundo.

Lamo tu blanca piel y siento desaperecer en un estado sin tiempo, ni espacio. Sólo puedo escuchar el canto de sirenas que gritan tu nombre angelical. De pronto mi lengua traviesa no te siente, grito, lloro y me pierdo en el fondroso bosque de los solitarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario